"Dorota: I nagged Jurek for weeks and weeks, and at last he gave in and said, "Allright, come with me tomorrow." So I came and... they bombed the station!
Wladyslaw Szpilman: Meeting you like that was absolutely wonderful.
Dorota: Really?
Wladyslaw Szpilman: Yes. It was... it was unforgettable"
"Wladyslaw Szpilman: I don't know how to thank you.
Captain Wilm Hosenfeld: Thank God, not me. He wants us to survive. Well, that's what we have to believe"
"The Pianist" (2002)
Dirigida por: Roman Polanski
Protagonistas: Adrien Brody, Emilia Fox, Ed Stoppard, Maureen Lipman, Frank Finlay, Jessica Kate Meyer, Julia Rayner, Daniel Caltagirone, Thomas Kretschmann
Cuando tenía 14 años, y aún tenía cable, supe de la existencia de Adrien Brody; me enamoré de inmediato de él: alto, flaco, ojos bonitos, cómo no me iba a gustar? La campaña para ver todas sus películas ha sido más o menos, porque después me quedé sin cable y sus películas no son tan mainstream, pero basta, las excusas me hacen quedar peor, así que partamos con "The Pianist". Cuidado con los spoilers.
Wladyslaw Szpilman es un pianista judío que trabaja para la radio de Varsovia. Todo se va a la mierda cuando, en 1939, los alemanes invaden Polonia y Wladyslaw, junto a su familia, son enviados a un guetto para judíos; tienen la esperanza de que el Reino Unido y Francia, países que le habían declarado la guerra a Alemania, salven a Polonia. En el guetto, la vida, claramente, es horrible: los nazis dejaban a los judíos en las peores condiciones. Quedé demasiado impactada con el escena de la señora que llevaba un plato de comida y el tipo que se lo quiere robar: entre el forcejeo, el plato cae al suelo y ya no hay nada qué hacer, pero el tipo junta la comida con las manos y se la come igual, desde el suelo; los nazis tenían a los judíos muertos de hambre. También me impactó la escena en donde Wladyslaw ve cómo dos niños cruzaban el muro del guetto, a escondidas: uno no alcanza a cruzar y es atrapado por unos nazis, que lo golpean hasta matarlo; Wladyslaw intenta salvarlo, pero sólo consigue recoger su cuerpo. Volviendo a la historia: luego de un tiempo viviendo en el guetto, los judíos son amontonados y llevados en tren hasta el campo de exterminio de Treblinka; mientras Wladyslaw camina junto a su familia hasta un tren, es sacado del montón de judíos por Ithzak Heller, un antiguo amigo, quien le salva la vida. Wladyslaw vuelve al guetto, solo, y esa escena me sacó muchas lágrimas; verlo caminar por el guetto abandonado, llorando por su familia... oh, qué pena! Me acuerdo y me dan ganas de llorar de nuevo. Ahora, Wladyslaw no tiene más opción que sobrevivir: primero, trabaja como obrero para los nazis y después, ordena la comida que traen del exterior del guetto, en la cual los judíos escondían armas para defenderse. Wladyslaw sabe que tiene que salir de ahí si quiere seguir viviendo, así que se pone en contacto con antiguos amigos, quienes le ayudan a salir y lo esconden en un departamento, pero la vida fuera del guetto tampoco es fácil: tiene que enfrentar enfermedades, desnutrición, abandono, persecusión y hasta ataques de guerra. Wladyslaw se esconde en un hospital por un tiempo, pero luego de que los alemanes incendiaran el lugar, vuelve al guetto abandonado y se esconde en una de las varias casas; cuando está ahí y encuentra por fin algo de comida, también se encuentra con un oficial alemán, el capitán Wilm Hosenfeld. El nazi se da cuenta de que Wladyslaw era judío y se entera de que él también había sido pianista, por lo que le pide que toque algo en el piano de la casa. Wladyslaw, desnutrido, demacrado, sucio, apenas caminando, se acerca al piano desafinado y toca la Primera Balada Op. 23 en sol menor, de Chopin, y logra conmover al soldado alemán, quien se compadece de él y le perdona la vida. Hosenfeld también lo ayuda a seguir escondido y le lleva comida. Cuando los Aliados ganan la guerra, van en busca de todos los alemanes, así que Hosenfeld se despide de Wladyslaw y le deja su abrigo, lo que casi resulta en una condena de muerte para el judío, ya que cuando lo rescatan, lo confunden con un nazi, pero él explica que sólo tiene frío y por eso lleva puesto el abrigo. Más tarde, los alemanes son llevados hasta un campo de concentración; ahí, Hoselfeld encuentra a un músico judío y le pide que busque a Wladyslaw, para que lo rescate. Wladyslaw vuelve a ese lugar, pero llega algo tarde: los alemanos ya habían sido llevados a otros lugares. En la escena final, Wladyslaw toca la Polonesa Brillante en Mib Mayor op. 22, también de Chopin, frente a varias personas, durante un concierto en Varsovia; la música es hermosa y la escena, también. Es la primera y única película dentro de 365mm que he visto hasta el final de los créditos.
Las películas sobre alguna guerra y yo tenemos una conexión media especial; siempre me van a gustar y, obviamente, "The Pianist", no iba a ser una excepción. Qué película más linda, me gustó mucho. A pesar de la crudeza (en una escena, muestran cómo los nazis tiran a un inválido desde un tercer o cuarto piso; horrible) y la soledad de los personajes (la soledad en las películas siempre me deprime), disfruté mucho " The Pianist"; aprendí mucho, sobre todo, lo cual es uno de mis propósitos principales en este blog.
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